Varsovia – Iowa | El avance de la agenda proaborto no es ni intocable ni definitivo; puede ser frenado y revertido si los políticos que reconocen la dignidad humana y el valor de la vida se organizan y articulan de forma asertiva, inteligente y audaz. O colocado de otra forma, la defensa de la vida puede avanzar aún en los peores escenarios si hay voluntad política y una actitud de realismo proactivo. Prueba de ello son los dos casos presentados en la más reciente edición de los Diálogos Transatlánticos de la Political Network for Values (PNfV): la Ley del Latido Fetal, de Iowa, Estados Unidos, y la derogación del aborto eugenésico en Polonia.
En coloquio digital realizado el pasado viernes 28 de mayo con el tema “Avances políticos en la protección de la vida humana: dos experiencias de éxito”, Amy Sinclair, senadora en Iowa, y miembro del Partido Republicano, explicó el origen, desarrollo y consecuencias de la innovadora ley que restringe en su estado el aborto a partir del momento en que se puede escuchar el latido del corazón de un bebé en gestación, y que, a pesar de estar bloqueada por un tribunal local, generó un efecto dominó que alcanzó a otros 12 estados y ha llegado hasta las puertas de la Corte Suprema; y Piotr Uściński, diputado de la Cámara Baja del Parlamento polaco, miembro del partido Ley y Justicia y presidente del Frente Parlamentar por la Vida y la Familia, detalló los motivos que llevaron a 119 legisladores de tres partidos a presentar ante el Tribunal Constitucional un recurso para eliminar la principal causal legal del aborto en el país.
Ninguna de las dos iniciativas prohíbe completamente el aborto, sin embargo, ambas consiguieron el mayor bien posible en las circunstancias que las originaron. En Iowa, para aprobar la ley en el Senado fue necesario incluir algunas excepciones y centrar la protección del bebé no en su dignidad sino en un dato fáctico que conquistó a la mayoría parlamentaria requerida: los latidos de su corazón, pues dónde hay latidos, hay vida. En Polonia, ante de la imposibilidad de aprobar en el Parlamento leyes que limitaran el aborto, judicializaron una de las tres causales de aborto legal. ¿Por qué no todas? La posibilidad de que el recuso fuera rechazado al impugnar todas era altísimo. Optaron por la moción de inconstitucionalidad de la causal a la que se recurría para 9 de cada 10 abortos.
Tanto Sinclair como Uściński subrayaron que consideran cualquier aborto intencional un asesinato y explicaron que las dos iniciativas deben ser vistas como parte de un proceso que busca el reconocimiento pleno del derecho a la vida, y que les permitió salir de situaciones de bloqueo y avanzar con realismo en la defensa de la vida. Resultado: hoy Iowa es uno de los estados con más restricciones al aborto en la Unión Americana, y Polonia es uno de los países con mayores limitaciones a esa práctica en la Unión Europea.
En el diálogo que se abrió luego de las exposiciones de Sinclair y Uściński, Ángela Gandra, titular de la Secretaría Nacional de Familia en Brasil, informó dos iniciativas de ley que presentará al Congreso el gobierno del presidente Jair Bolsonaro: una instituye el Día Nacional de los Niños por Nacer y de Concientización de los Riesgos del Aborto, y otra crea el Día Nacional de la Paternidad Responsable.
También tomaron la palabra María Rosario Guerra, senadora de Colombia; Lourdes Méndez Monasterio, miembro del Congreso de los Diputados de España; Cristina Fiore Viñuales, diputada provincial de Salta, en el norte de Argentina; Jude Njomo, diputado de la Asamblea Nacional de Kenia; Diego Garcia, diputado y presidente del Frente Parlamentario por la Vida y la Familia en el Congreso Nacional de Brasil; Tobias Teuscher, eurodiputado de Bélgica; Jorge Pinheiro, concejal de Fortaleza, en el nordeste de Brasil; Felipe Ross, concejal de la comuna de Vitacura, en Chile.
En el evento participaron más de 18 representantes políticos (incluidos las españolas Georgina Trias, diputada nacional, y Gador Joya, diputada de la Asamblea de Madrid; Carmen Domínguez, cofundadora del Partido Republicano en Chile; Egidijus Vareikis, diplomático de Lituania; José Chaverri, diplomático de Costa Rica, y Luis Peral, exsenador español); y 50 líderes ciudadanos de 17 países de ambos lados de África, América y Europa: Argentina, Bélgica, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Estados Unidos, Hungría, Kenia, Lituania, México, Panamá, Paraguay, Perú y Polonia.
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