Por Bence Selmeczi | La elección alemana del 26 de septiembre es la primera en la que un canciller en funciones no se presenta como candidato y provocó la seria duda de quién sería el sucesor de Merkel, Scholz o Laschet. El pueblo alemán tomó la decisión favoreciendo a los socialdemócratas; sin embargo, estamos lejos de los resultados finales. Como algunos analistas predijeron, las fuerzas conservadoras pasarán momentos difíciles después de perder a Angela Merkel, y su sucesor se encontrará en una situación muy difícil.
La noche del 26 de septiembre, poco después del anuncio de los resultados de los comicios, se desarrolló una especie de stalemate (una situación en ajedrez también llamada ‘rey ahogado‘, donde un jugador de quien es el turno no tiene jugadas para realizar y el rey no puede moverse porque quedaría en posición de jaque). La Unión Demócrata Cristiana (CDU) y el Partido Socialdemócrata (SPD) se enfrentaron cara a cara, y, finalmente, el SPD superó a la CDU con menos de 2% de los votos. Pierden la centrista CDU, el conservador Alternativa para Alemania (AfD), y el izquierdista Die Linke (DL). La CDU perdió la hegemonía, la DL apenas consiguió llegar al Bundestag – el parlamento alemán – y la AfD perdió votantes, solo obtuvo buenos resultados en ciudades en que tiene raigambre, especialmente en Alemania Oriental. Los dos claros ganadores de las elecciones son el SPD y los Verdes; estos últimos han entendido previamente que solo pueden tener un papel de coalición.
Aunque se conocen los resultados numéricos de las elecciones, el futuro sigue siendo incierto. Tanto el vicecanciller Olaf Scholz como Armin Laschet han expresado su ambición de asumir los laureles de la cancilleria. Aunque el SPD se desempeñó mejor que la CDU, matemáticamente, la CDU también puede tener la oportunidad de formar un gobierno. La coalición liderada por el SPD cuenta con el altísimo nivel de apoyo de Scholz, el espectacular avance del SDP y la atmósfera cambiante de la CDU en algunas partes del país. Un nuevo mandato de gobierno para la centro derecha evitaría la crisis de la unión de la CDU con la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), y la presidencia garantizada del partido de Laschet. En el caso de CDU y SPD, la gran coalición puede descartarse casi por completo, ambos partidos repelen una gran coalición. Lo más probable parece ser una coalición tripartita que integre al SDP, a los liberales del Partido Democrático Libre (FDP) y los verdes: la coalición ‘semaforo’ (en función de los colores identitarios de las tres siglas, rojo, amarillo y verde, respectivamente).
Las elecciones alemanas son los primeros comicios de los meses siguientes. Francia, Hungría, República Checa seguirán a Alemania. En el plazo de un año, Europa puede renovar su configuración política o permanecer como esta. No hay tiempos fáciles en política, pero estos últimos años se vieron agravados por una crisis nunca vista y parece imposible predecir cómo votarán los ciudadanos a menudo desilucionados y aquejados por dificultades financieras debido a COVID. Sin exagerar, el futuro de Europa está en juego.
Bence Selmeczi es miembro del equipo de comunicación y análisis de la Political Network for Values.