Por Fernando Guzmán Pérez Peláez | Rodrigo Iván Cortés, presidente del Frente Nacional de la Familia (FNF) en México y secretario general de la Political Network for Values, ha sido demandado por denunciar, de forma clara, que modificaciones propuestas a la Ley de Asociaciones Religiosas, bajo el disfraz y la excusa de supuestos discursos de odio, quieren en realidad criminalizar la visión de los credos religiosos, especialmente del credo cristiano, sobre el matrimonio y la família. Los impulsores de la ideología de género no lo toleran, quieren aplicar censura y modificar la legislación que consagra la libertad religiosa.
Cortés, también advirtió en sus mensajes y en sus declaraciones en la Cámara de Diputados el peligro del posible «voto en paquete» de 50 iniciativas de reforma constitucional, bajo el paraguas de la «igualdad sustantiva» que implica ataques a la vida, la familia y las libertades fundamentales, entre ellas las libertades de expresión y religiosa imponiéndose la dictadura de un pensamiento único.
El líder profamilia llamó la atención de como el diputado Gabriel Quadri fue llevado a juicio por «Salma Luévano» porque «lo único que hizo fue decirle ‘señor’ a Luévano, atendiendo a la verdad de las cosas; y bueno, esto desembocó en un acto de violencia muy de hombres: el diputado Luévano y el diputado Clemente, con fuerza de hombres, fueron y tomaron la presidencia de la Cámara de Diputados… se ve clarísimamente que lo que mueve a estas personas es un odio muy fuerte, una falta de respeto enorme y eso nos preocupa mucho”.
Recriminó también que Luévano subiera a la tribuna a presentar su iniciativa «disfrazada de, no se, papisa, cardenal, obispo”, lo que es un insulto y un agravio contra de la mayoría del pueblo católico de México.
¿Hasta donde hemos llegado ? Resulta que las ofensas desde la tribuna a los católicos, que según el censo 2020 somos el 87 % del pueblo de México, no significan nada. Sin embargo, para la Comisión de Quejas y Denuncias del Instituto Nacional Electoral (INE), dónde Luévano procesó a Cortés, las expresiones, comentarios y críticas del líder del FNF no se circunscriben al marco de la libertad de expresión ni de legítima crítica al ejercicio de alguien con cargo público; y sí pueden constituir expresiones de «violencia sutil, simbólica y psicológica» contra las mujeres y especialmente contra las llamadas «mujeres transexuales» y una manifiesta «violencia transfóbica», por lo que se dictaron medidas cautelares ordenando sean bajadas de las redes de comunicación de Rodrigo Iván Cortés y del FNF en lo que se desarrolla el caso en su contra.
¡Hasta dónde hemos llegado con el llamado derecho al libre desarrollo de la personalidad, para que desde el Estado y en la legislaciónse se pretenda coaccionar a toda la sociedad a tratar a una persona como ésta se autoperciba, con independencia de su realidad ontológica, de su naturaleza, de su ser!
La realidad biológica determina que los seres humanos son mujeres u hombres, nada más, los análisis del ADN permiten saber si determinados restos humanos son de un hombre o una mujer, los fallecidos en la pandemia del COVID-19 fueron clasificados y se estudió la epidemia en sus efectos en hombres y mujeres, correspondiendo a la realidad. Ahora se pretende adecuar la realidad a la visión o percepción subjetiva que cada persona pueda tener de si misma, obligando a la colectividad a reconocer esa percepción.
La verdad es y será siempre la adecuación de la mente a la realidad y no se puede adulterar la naturaleza a capricho de cada quien, el ADN permanece siempre y las personas en su integralidad mantienen su identidad sexual más allá de los miembros sexuales, que puedan ser mutilados o “transformados”, esto nos lo dice la ciencia, la biología; pero ahora se pretende legislar e imponer las percepciones subjetivas sobre la realidad y sancionar cualquier opinión que pueda darse reconociendo la naturaleza real de los seres y de las cosas. Estamos ante la amenaza de la dictadura del pensamiento único impuesta por la ideología «LGTB+».
¿A donde llegaremos? ¿A donde vamos? Es muy triste lo que está pasando, como dijo hace poco el cantante español Joaquín Sabina: «todas las revoluciones del siglo XX fracasaron estrepitosamente, las únicas que avanzan en el siglo XXI son el feminismo y la LGTBi no se qué… ahora ya no soy tan de izquierdas, precisamente porque tengo ojos y oídos y cabeza para ver lo que está pasando, y es muy triste lo que está pasando».
Cuando Pilato interroga a Jesucristo en el Pretorio y le pregunta «¿Eres tú el Rey de los judios?» El Señor le contesta: «tu lo has dicho, Soy Rey, pero mi reino no es de este mundo, he venido a este mundo a dar testimonio de la Verdad». Pilatos le inquiere: «¿Qué es la verdad…..?» Y no espera la respuesta. Hoy muchos políticos también parecen huir de la respuesta a esa pregunta.
Quede aquí la alerta que hacía el Papa Benedicto XVI, el 18 de abril de 2005: «A quien tiene una fe clara se le aplica a menudo la etiqueta de ‘fundamentalista’. Mientras el relativismo, es decir, dejarse llevar a la deriva por cualquier viento de doctrina, parece ser la única actitud adecuada para los tiempos modernos. Se está constituyendo una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que deja como última medida solo el propio ‘yo’ y sus antojos».
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Fernando Guzmán Pérez Peláez es abogado, coordinador de vinculación con la Iglesia y el Sector Vida y Familia del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional (PAN) de México, y miembro de la Political Network for Values.