De Rod Dreher | Impactantes noticias me llegan desde México:
El líder de la sociedad civil y exdiputado mexicano, Rodrigo Iván Cortés, ha sido condenado por «violencia política de género» a raíz de unas publicaciones en Twitter y Facebook en las que se refería al parlamentario transexual Salma Luévano, como un «hombre que se autodenomina mujer». El miércoles, 21 de junio, Cortés se dirigió a la Organización de Estados Americanos (OEA) para pedir al organismo internacional que intervenga ante las «violaciones sistemáticas de los derechos fundamentales» que se producen en México.
Cortés, líder del Frente Nacional por la Familia (FNF), recibió una condena de un tribunal mexicano por «violencia política de género» y «violencia digital, simbólica, psicológica y sexual», debido a que utilizó referencias masculinas en Twitter y Facebook en relación a Luévano. Actualmente está a la espera de que se resuelva un recurso de apelación.
En su declaración ante la OEA, Cortés llamó la atención sobre su experiencia en la censura que le fue impuesta por el Estado, afirmando: «[En México] se cancela la libertad de expresión de los ciudadanos y se impide su libre participación en la conformación democrática de las leyes. Lamentablemente, lo sufro en carne propia en los procesos abiertos contra mi y contra la organización que presido, el Frente Nacional por la Familia, por objetar iniciativas ostensiblemente violatorias de los derechos humanos».
Cortés quedó bajo fuego al cuestionar en redes sociales un proyecto de ley, que tramita en el Congreso de México, que calificaría de «incitación al odio» la enseñanza de opiniones cristianas sobre la sexualidad.
«El desacuerdo no es discriminación, y la disidencia pacífica nunca debe penalizarse como violencia. Es profundamente preocupante que Cortés, que ejerce su derecho a compartir pacíficamente sus puntos de vista sobre un asunto de importante debate actual, haya sido condenado como delincuente político violento cuando, de hecho, son sus oponentes los que tienen un historial de perpetuar el malestar dentro de las instituciones políticas de México. Esperamos con impaciencia la resolución de su recurso», declaró Kristina Hjelkrem, asesora jurídica de ADF International, que presta apoyo jurídico a la defensa de Cortés.
¿Lo puedes creer? Si lees español, aquí tienes un enlace al PDF de la decisión del tribunal. Simplemente por afirmar por escrito algo que es una verdad biológica, Rodrigo Cortés está ahora condenado legalmente por «violencia». ¿Qué es la violencia «digital, simbólica y psicológica»? Significa que una persona transexual fue herida en sus sentimientos. ¿Eso es «violencia»? ¡Mentira!
Esta decisión catastrófica no se sostiene en pie. Sin embargo, deja claro que la cuestión transgénero evidencía que estamos en una guerra por la realidad.
En México, un católico ni siquiera puede afirmar su propia creencia, basada en la biología y en las enseñanzas de su Iglesia, sobre la naturaleza masculina y femenina, sin ser condenado por la ley por haber cometido un supuesto acto violento. No se trata de algo teórico; Cortés ha sido condenado. Si dudas por un momento de que la izquierda quiere hacernos lo mismo en Estados Unidos y en cualquier otro país, tienes que sacar la cabeza de la arena.
Mira estos tuits de 2020, sobre el bestseller de Abigail Shrier sobre cómo las niñas están siendo presionadas para la transición. Chase Strangio es un transgénero FtM (o sea, una mujer que dice ser hombre):
Chase Strangio es también un destacado abogado de la ACLU (Unión Estadounidense por las Libertades Civiles). Así es: un destacado abogado de la ACLU está dispuesto a ir a la guerra para suprimir la expresión que no gusta a los transexuales. Como Glenn Greenwald señaló en su momento, Strangio no habla oficialmente en nombre de la ACLU sobre este asunto, pero sigue siendo el caso que la ACLU está cambiando rápidamente de una organización de defensa de la libertad de expresión de la vieja escuela a una que sólo defiende la expresión que promueve objetivos progresistas.
Esto es coherente con lo que yo mismo he visto en el periodismo convencional, y con lo que me han dicho personas del mundo académico: que a medida que los liberales de más edad en posiciones de autoridad dentro de las instituciones se jubilan, están siendo reemplazados por personas más jóvenes que tienen posiciones más radicales, que rechazan las ideas liberales tradicionales sobre la libertad de expresión y la disidencia. Lo que estamos viendo en México está llegando a Estados Unidos.
Tendrá que superar la Primera Enmienda, lo que no es fácil, gracias a Dios. Pero tampoco es imposible. Hay que tener en cuenta que la libertad de expresión nunca se ha considerado ilimitada. No se puede gritar «¡Fuego!» en un teatro lleno de gente, por ejemplo. La Primera Enmienda tampoco reconoce el derecho a difamar o calumniar a alguien («difamar» es calumniar por escrito). Es cierto que criticar a alguien no es lo mismo que difamarle o calumniarle, pero no hace falta mucha imaginación para concebir que las personas trans enmarquen lo que consideran «misgendering» (o sea, cuando se atribuye «equivocada» a una persona un género con el que no se autoidentifica) como una forma de difamación o calumnia. Si se logra convencer a un tribunal de que el denominado «misgendering» perjudica la reputación de un demandante transexual, los estadounidenses podrían encontrarse en la misma situación que Rodrigo Iván Cortés.
Hay que tener en cuenta también que la Primera Enmienda sólo significa lo que el Tribunal Supremo dice que significa. Tal vez el Tribunal Supremo de hoy desestimaría una demanda por difamación basada en «misgendering«. Pero, ¿apostarías a que la versión del Tribunal Supremo de 2040 defendería la libertad de expresión? Yo no lo haría, dado que la mayoría o todos los jueces de entonces se habrán formado en culturas académicas y jurídicas que rechazan las ideas liberales tradicionales de la libertad de expresión.
Para que quede claro, creo que hay buenas razones para defender que algunas cosas que hoy están protegidas como libertad de expresión no deberían estarlo. Las normas evolucionan. Es que la evolución de las normas que rigen la libertad de expresión considerada negativa por los grupos sagrados para la izquierda cultural y política está evolucionando en formas que pretenden criminalizar no sólo la verdad científica, sino también la creencia y la práctica religiosas.
Esa es la nueva situación que está llegando. ¿Estás preparado? ¿Te estás preparando?
Mientras tanto, informa a todos tus conocidos sobre el caso de Rodrigo Iván Cortés y su difícil situación. Necesita que recemos por él. Haz clic aquí para saber más sobre su caso y cómo puedes ayudarle. Sería muy oportuno que el Papa Francisco se tomara un tiempo, ya que escribe al sacerdote activista LGTB James Martin para respaldar su trabajo, para también escribir unas líneas de apoyo a Cortés. Pero no albergo muchas esperanzas.
Una cosa más: el verano pasado, me senté junto a Rodrigo en una cena en Roma. Me habló de las luchas a las que se enfrentan los cristianos en México. Lloró, literalmente, al hablarme de un amigo sacerdote muy cercano que fue asesinado por los cárteles de la droga, que, según dijo, controlan enormes porciones de su país. Rodrigo Cortés es un buen hombre, un hombre de fe, un hombre que sufre profundamente por la verdad. No le abandonemos.
Rod Dreher es periodista y escritor, fue editor de The American Conservative durante 12 años, escribe para National Review y es autor de La opción benedictina y Vivir sin mentiras.